INTRODUCCIÓN
 | Los tiempos han cambiado, vivimos
una cultura dinámica donde los
conocimientos tienen gran movilidad. En la actualidad diez años
equivalen a un siglo de otros tiempos. La actitud generalizada de
nuestro tiempo es la de seguir aprendiendo en un proceso de continuo
aprendizaje y continua revisión de los
conocimientos.
Las sociedades modernas exigen a la
educación respuestas rápidas y
efectivas no sólo para cumplir sus propios fines sino para atender los
problemas del contexto social, político, económico, etc. Desde
aumentar la productividad, alfabetizar en las nuevas tecnologías,
adiestrar para el trabajo y hacer a las personas con más capacidad para
el empleo hasta combatir la corrupción y humanizar las relaciones
sociales.
Los alumnos y estudiantes se preguntan con
cierta frecuencia porqué y
para qué estudiar inmersos en un presente de continuos cambios
personales y sociales. Las motivaciones profundas pierden terreno a
favor de otras más ligeras y fácilmente digeribles. El contexto
siembra confusión y desánimo entre los más jóvenes ofreciendo
modelos de vida adulta ligados al egoísmo, el consumismo y la vida
fácil.
Contestar a estas preguntas no es fácil.
Decirte que el para qué tiene
que ver con el futuro, con la idea de realizar un proyecto de vida con
sentido. El porqué se acerca más a la conciencia: conciencia de quién
soy, conciencia de nuestro sentido de la vida y conciencia de gratitud a
los que me ayudan a ser lo que soy.
Un joven
reflexionaba de esta forma: "lo que me suele pasar es que
me propongo hacer algo y no lo cumplo, me cuesta ponerme a estudiar...
Nunca he hecho un horario. A veces llego a pensar que el problema de lo
que me pasa es que no tengo motivos para estudiar, es un aburrimiento,
una rutina...” Yo le diría que el estudio no es algo que se
hace
a sí mismo, es algo que necesita ser motivado (estimulado) para que
nazca y se mantenga. Encontrará la motivación para el aprendizaje
cuando descubra que existe relación entre ese aprendizaje y alguna
necesidad personal.
Muchas veces se escucha como
argumento que los que estudian han visto
frustrados sus sueños cuando tienen que dedicarse a algo que no
esperaban. No deja de ser una lástima que un joven pierda el tren del
estudio porque:
es hermoso saber.
porque el mundo tiene más cosas y más colores
de lo que podemos ver y explicar.
porque la ignorancia pesa como una
piedra.
porque se trata mejor a los demás cuando sabemos
más.
porque podemos entender más rápido lo que nos
perjudica y hace daño.
porque podemos entender más rápido lo que nos
conviene.
porque la vida no es solamente hoy y hay que
estar preparados para el mañana, aunque el futuro sea incierto y
lejano.
|  ¿QUÉ ES
ESTUDIAR?
 | Estudiar es una
actividad por la cual ejercitamos el entendimiento
para comprender una cosa. Y también, desde otro punto de vista, la
actividad por la cual pensamos insistentemente en un asunto para
resolver sobre él.
Estudiar es un intento
sistemático de comprender, asimilar, fijar y
recordar los contenidos objeto del aprendizaje, valiéndose de las
técnicas
adecuadas. Exige una actitud de la mente y de la voluntad, ambas tienen
que tener la decisión de aprender. Para muchos estudiar es un oficio y
es un arte. En el joven debe ser una actividad
habitual.
Fundamentalmente, son tres las condiciones
que se relacionan con el
estudio y el aprendizaje:
PODER, tener cualidades
personales, es decir, tener la
capacidad mínima para emprender una serie de estudios. Está en relación
con las aptitudes de tipo intelectual. La mayoría de nosotros tenemos
un cociente intelectual suficiente, es decir, tenemos la capacidad
necesaria para realizar unos estudios, siempre y cuando añadamos a esta
capacidad otros elementos. En potencia, casi todos podemos estudiar. Si
queremos y sabemos cómo hacerlo... si no podemos por las causas que
sean, no lo lograremos.
QUERER implica poseer una
motivación o deseo de aprender algo
nuevo. Tienes que establecer una serie de metas y
prioridades.
Y ser consciente de que el estudio necesita sin excusas cierto esfuerzo
y tenacidad, cierta renuncia y sacrificio, y que para llegar al final,
al éxito, es preciso una dedicación diaria. Si no queremos, aunque
podamos, porque tengamos todo lo necesario y sepamos, no lograremos
nada.
SABER, que implica dominar
unas destrezas, técnicas y
estrategias de estudio determinadas: selección de
información,
resúmenes, esquemas, mapas conceptuales, estrategias de resolución de
problemas, etc. Aunque queramos y sepamos, si no sabemos cómo hacerlo
tampoco nos saldrá bien. Estudiar ya no es una
actividad básicamente memorística. Has de
saber que en el rendimiento en el estudio sin duda influyen mucho
factores, entre ellos tu situación familiar y tus condiciones de vida,
factores de tipo emocional y afectivo, y las técnicas de estudio. Pero
no te engañes, posiblemente el factor más determinante es
que
estés motivado por tus estudios. Hay mucho ejemplos que
confirman que personas con unas capacidades normales, pero altamente
motivadas, son capaces de obtener los mejores
resultados.
Eres consciente que estudiar exige muchos
años de dedicación. Recuerda
tus primeros pasos en la escuela, entonces casi era un juego, se
aprendía
casi sin querer. Las cosas van cambiando con los años, cada vez tus
estudios requieren más trabajo. Es lógico que decrezca el interés y
en ocasiones pierdas las ganas de seguir trabajando. No todos los días
se tiene el mismo ánimo. A tus padres y profesores les ocurre algo
parecido. Pero hay que seguir haciendo cada uno su tarea. Todos debemos
apelar a nuestra responsabilidad que nos impulsa a cumplir con nuestras
obligaciones. Difícilmente encontraremos acomodo en la sociedad si no
mantenemos nuestro trabajo, si no somos de fiar, si no ofrecemos
garantía.
|  LA
MOTIVACIÓN
 | Los motivos son entendidos
como
causas que incitan a la acción (Muñoz Cuenca). Son esas palancas que
mueven nuestra voluntad. Despiertan el interés, ayudan a centrar la
atención, estimulan el deseo de aprender, conducen al esfuerzo. Aquí
termina la función de los motivos. Son algo importantísimo, de gran
ayuda para el estudiante. Pero no llegues a la falsa conclusión de que
hacen innecesario el esfuerzo personal.
Debes tener
presente que los motivos no surgen por sí mismos, sino que
hay que adquirirlos y cultivarlos. Es importante que recuerdes que no
sirve cualquier motivo: hay motivos buenos y malos, mejores y peores
que
otros.
De forma general podemos hablar de dos tipos
de motivación:
1. Extrínseca o
incentivación: los motivos
proporcionan alguna clase de beneficio material. Se basa en satisfacer
necesidades externas del estudiante. Para ello, otras personas (padres y
profesores) le ofrecen incentivos, premios. Por ejemplo: dinero, una
moto, un viaje, salir el fin de semana, etc. Los estímulos vienen desde
fuera del estudiante. El móvil es externo al propio sujeto y viene a
resultar que la actividad de estudiar se convierte en un medio para
conseguir otros fines.
2. Intrínseca,
trascendente o automotivación: los
motivos proporcionan una satisfacción personal. Los motivos se asientan
sobre la responsabilidad de nuestro deber como personas libres, y se
orientan hacia el logro de nuestra propia mejora y la de los demás. Se
basa en satisfacer necesidades internas del estudiante. Es realizada
por
el propio estudiante, él se motiva a sí mismo. Como el móvil nace en
el propio individuo la actividad, en este caso de estudiar, gusta por
sí
misma.
Aunque los dos tipos de motivación suelen ir
unidos, siempre prima
alguno de ellos. Piensa que no todos suponen una mejora de la persona.
Tu trabajo no sólo consiste en encontrar motivos para estudiar, sino
que sean buenos y valiosos motivos.
Ten cuidado
porque un exceso de motivación, según Hernández, puede
convertirse en un problema, pero sólo si genera un exceso de ansiedad,
que puede estar provocado por un sentimiento de amenaza, de cierto
miedo
a lo que pueda ocurrir.
| BUSCANDO MOTIVOS PARA
ESTUDIAR
 | Un hombre rico dio a uno
de sus criados cuatro monedas. Al
segundo le dio dos monedas y al tercero le dio una moneda. Me las
devolveréis cuando regrese. Marchó de viaje y al cabo de un tiempo
regresó. Llamó a sus criados y les pidió las
monedas.
El primero había negociado con las monedas y
le entregó ocho.”Has
obrado con corrección y acierto, tendrás parte de mi hacienda”.Le
dijo.
El segundo depositó sus monedas en el banco y
le entregó cuatro.
"También has obrado con corrección y acierto. Tuya será parte de mi
hacienda”.Le dijo.
El tercero por miedo a perderla,
la enterró y se la entregó.” ¡Criado
ruin y haragán, vete de mi hacienda!. Tu desidia no te hace digno de
trabajar en ella”. Le
dijo.
A modo de
moraleja: tenemos la obligación moral de
aumentar lo que recibimos. Tenemos que
CRECER como
personas y eso significa desarrollar al máximo nuestras capacidades
para realizar nuestra aportación al desarrollo y beneficio de nuestra
colectividad.
Algunos
datos
Según las conclusiones de
encuestas sobre la importancia que tiene la
educación entre la población juvenil que permanece en los centros
educativos, la gran mayoría de los jóvenes estudiantes, un 84%,
identifica como principal motivación para proseguir sus estudios, el
avance hacia la construcción de un proyecto de superación personal. A
pesar que la educación de hoy ha perdido valor en nuestra
sociedad.
¿Te faltan motivos para
estudiar?
Sabes que para realizar una
acción, un trabajo, especialmente si es
duro, es necesario tener una razón, un motivo fuerte que nos mueva. La
motivación es aquello que te "mueve” a realizar algo para obtener o
lograr una meta. ¿Te ha preguntado a ti mismo habitualmente lo
qué te mueve a estudiar?
¿Estudias para conseguir
algo en forma de incentivos o por otro tipo de
razones más personales o por necesidades
interiores?.
En la actualidad, ¿qué
motivos tienes para estudiar?
Analiza los que te propongo a
continuación:
1. No
poder o no tener otra cosa mejor que
hacer.
2. No lo sé. Me
dejo llevar.
3.
Conseguir un premio o evitar un
castigo.
4. Por
obligación o presión de
alguien.
5. Para
complacer a mis padres y
profesores.
6. Para
superar un examen y obtener buenas
calificaciones.
7. Para
ganar mucho dinero.
8.
Por norma general o rutina, lo hace casi todo el
mundo.
9. Por no querer
ponerte a trabajar tan
pronto.
10. Porque es
interesante y
atractivo.
11. Para
prepararte para el
futuro.
12. Para
alcanzar reconocimiento y prestigio
social.
13. Para
sentirte bien contigo mismo.
14.
Para prepararte para una profesión que te
gusta.
15. Porque la
sociedad necesita personas bien formadas
para transformarla y
mejorarla.
16. Para
encontrar respuesta a muchas cosas que
despiertan tu curiosidad.
17.
Para educarte
mejor.
18. Para ser mas
útil a los demás.
19.
Para
saber.
20. Para hacer lo
que Dios espera de ti. ¿Cuáles te parecen más válidos y cuáles
menos de entre los veinte?
Tu respuesta
la puedes confrontar con la mía:
Los mejores:
10,11,12,13,14,15,16,
17, 18, 19, 20Y los
peores:
1,2,3,4,5,6,7,8,9
Puedes
también puntuar de uno a diez los anteriores y analizarlo.
Puedes invitar a hacerlo también a tus padres, hermanos o amigos y
dialogar sobre los resultados de cada uno. Entre todos podéis realizar
slogans
de ánimo para el estudio. Todo ello te puede ayudar a encontrar tus
propios motivos para estudiar.
Puede ser que te
encuentres en la siguiente situación, que te mueves únicamente
por incentivos: sólo para obtener elogios, premios, buenas
calificaciones, etc., y para evitar posibles censuras, castigos, malas
calificaciones, etc. No está mal estudiar con incentivos, le ocurre a
muchos estudiantes. Lo que sí está mal es que ésa sea la única
motivación. Hay que complementar esta situación y recurrir más a la
automotivación. Esforzarte en encontrar motivaciones más relacionadas
con tu satisfacción personal, con el gusto por lo realizado, con la
consecución de pequeñas metas que te permitirán llegar allí donde te
propongas. Rápidamente notarás que esta motivación es más estable y
profunda.
Antes de seguir adelante quiero que seas
consciente que la falta de
motivos interiores o tener motivos erróneos, son la causa principal de
una voluntad débil para afrontar el trabajo y la dedicación que exige
el estudio. Recuérdalos: PREMIOS
MATERIALES.- No puedes acostumbrarte a hacer
las cosas por el premio (moto, dinero, viajes...). Un premio, alguna
vez,
puede ser enormemente positivo, pero no puede ser lo habitual, puede
convertirte en un materialista y calculador. Además, llegarás al punto
de tener muchas dificultades para encontrarlos puesto que tendrás que
ir aumentando el valor del premio para que sea
eficaz.
ÉXITO.- Este
motivo no es malo , especialmente si tu
éxito lo compartes con los que te rodean. Comprende que tu trabajo no
es sólo para ti.
NOTAS.- Lo
importante es valorar tu esfuerzo y analizar
si tus resultados, tus notas, están acorde con tus circunstancias y tu
capacidad.
Hay que encontrar no sólo motivos para el
estudio, sino buenos
y valiosos motivos que incidan en las
necesidades de esta
nueva etapa adolescente. ¿Cuáles
son?
SER VALORADO.-
Los adolescentes tenéis "necesidades
del yo”, esto es, necesidad de estima, de reputación. Os importa
"ser alguien” ante vosotros mismos y ante los demás. Sentir ser
comprendido, aceptado, valorado y querido. Te motivarás en la
satisfacción que proporciona el reconocimiento de tu esfuerzo, aunque
los resultados no sean los óptimos. El éxito es una buena motivación
para el adolescente, pero piensa que los éxitos conllevan cada vez
mayor responsabilidad.
EXPLICACIONES.-
Vas siendo mayor. Ahora ya no aceptas
pasivamente lo que se te dice. Necesitas tomar una postura personal.
Está
madurando tu juicio crítico. Por eso necesitas explicaciones de cada
cosa. Piensa que el estudio es una manera de satisfacer tu curiosidad y
ver resueltas tus preguntas. Te motivará por
ello.
SENTIDO.-
Necesitas encontrar una razón del porqué
estudias lo que estudias. No te obsesiones, a nadie nos gusta aceptar
las cosas porque sí. Te puede motivar llevar a cabo proyectos que te
gusten y que cuenten contigo. Colabora con tus profesores, aporta sus
propias sugerencias, juntos podéis, por ejemplo planificar tu tiempo de
estudio. El estudio es una actividad a largo plazo, tus padres están al
tanto de tus progresos y tus esfuerzos, ello sí que le encuentran el
sentido al estudio.... te aportarán nuevos
motivos.
AMIGOS.- Tienes
mucha necesidad de amigos y estás
dispuesto a dedicarles mucho tiempo y sacrificios si es preciso.
Estudiar te ayuda a hacer nuevos amigos y a que la amistad crezca.
Acércate
a los amigos que estudian, estudia con ellos, ayúdales y déjate ayudar.
Los amigos de las aulas son para toda la
vida. Algunas razones para
reflexionar:
Piensa por un momento en
estas situaciones:
Hay personas que no pueden estudiar (personas
mayores que tú, infancia trabajadora...). Están en franca desventaja
para integrarse en la sociedad actual en igualdad de condiciones al
resto de los ciudadanos. Este no es tu caso. Eres afortunado por vivir
en una sociedad que te ofrece oportunidades educativas, es decisión
tuya beneficiarte de ellas. No dejes pasar la
oportunidad.
La educación ayuda a las personas a forjar un
pensamiento más crítico y autónomo, a crecer personalmente como seres
sociales y competentes, a tener ideas propias y a adoptar un
posicionamiento más claro y consecuente ante las diversas situaciones
que tarde o temprano se plantean en la vida.
Vivimos en un país desarrollado que goza de una
alta calidad de vida. Esta situación de bienestar no es obra de la
casualidad, es fruto de las generaciones anteriores y de la nuestra que
con su esfuerzo consiguieron mejorar. Cuanto más desarrollado está un
país más preparación necesita de sus ciudadanos. ¿Tenemos la
obligación moral de participar con nuestro esfuerzo en el desarrollo de
la sociedad a la que pertenecemos?
La relación estudio/trabajo bien remunerado/éxito
personal/situación social, no siempre está clara, por eso es necesario
encontrar ese equilibrio entre formación para lograr un puesto en la
sociedad, que te permita vivir de forma autónoma e independiente, y la
satisfacción y el desarrollo personal que aporta la adquisición de
conocimientos.
Las nuevas tecnologías amplían la posibilidad de
aprender de forma entretenida, adaptándose a las posibilidades de cada
uno. Utiliza esta posibilidad no sólo como entretenimiento, también
para
aprender. Resumiendo:
-
El éxito personal motiva, pero el éxito es alcanzable sólo si se
poseen los medios técnicos adecuados (técnicas y hábitos de trabajo
intelectual). Muchas de las crisis en los estudios se producen porque
falla el "como estudiar”.
- Los motivos son muy
importantes. El esfuerzo personal es insustituible.
-
La motivación te tiene que llevar a encontrar la razón de estudiar
en el mismo estudio y no por el premio o castigo que pueda
llegar.
- Llegarás a situaciones donde tu motivación
no sea suficiente.
Entonces has de apelar a tu sentido del deber, a tu autoexigencia, para
estudiar cuando no te apetece por las razones que sean. Refuerza tu
voluntad.
- Habla con tus padres y tus profesores de
tus estudios y no solamente
de las evaluaciones y de las notas. Te pueden ayudar a plantearte y
renovar tus motivos. Ya no eres un niño. Un niño es
capaz de "matarse a estudiar”
para conseguir una buena nota o para ser el primero de la clase. A los
chicos mayores, ya no les "emociona” tanto ese tipo de cosas. Por tu
edad, por tus intereses, tienes que apelar a tu automotivación porque
es una motivación más completa, más eficaz y más
formativa.
Algunos trucos para tu
automotivación:
Busca razones para estudiar ( por ejemplo, una
finalidad, para aprobar).
Busca las ventajas que te puede reportar el
estudio ( por ejemplo, para evitar broncas con tus padres, para tener
un
verano despreocupado).
Intenta averiguar las causas si estás desganado
(por ejemplo, el cansancio).
Plantea soluciones a esas causas (por ejemplo,
estudiar en otros momentos, a principio de la
tarde).
Controla que las soluciones que te propones las
llevas a la práctica.
Busca frecuentemente motivaciones, relaciona las
cosas que te gusten con el estudio (por ejemplo: me gusta salir, pues
saldré si termino lo que tengo que
estudiar).
| LO VOY A
INTENTAR
 | Por su
importancia, lo primero es conocer tu situación
sobre cómo es tu motivación hacia el estudio actualmente. Para ello te
puede ayudar responder al siguiente
cuestionario: Tacha la respuesta que consideres
pensando en el siguiente criterio:
SI ..... TE OCURRE
GENERALMENTE
NO..... CASI NUNCA TE
OCURRE
¿Me interesan las materias que
estudio? | SI | NO |
¿Me concentro fácilmente y puedo cumplir mi horario de
estudio?
| SI | NO | ¿Me interesa seguir acudiendo a clase? | SI | NO | ¿En la clase sigo las explicaciones, pregunto las
dudas, colaboro? | SI | NO | ¿Me ilusiona aprobar el curso? | SI | NO | ¿Quieres conseguir una meta de trabajo con tus
estudios? | SI | NO | ¿Te esfuerzas para dominar las materias de tus
estudios? | SI | NO | ¿Te señalas alguna meta cuando estudias, como
una buena nota? | SI | NO | ¿Tienes fe en tus posibilidades para superar tus
estudios? | SI | NO | ¿Cuando suspendes una materia o examen, insistes
para recuperar? | SI | NO | TOTAL |
Si
la mayoría de las respuestas son SI, tienes un buen nivel de
motivación. Adelante.
Si las respuestas se reparten
entre SI y NO, entonces tienes que meditar
y buscar alguna ayuda para aumentar tu
motivación.
Si la mayoría de respuestas son NO,
entonces puede que estés perdiendo
el tiempo. Debes buscar ayuda en tus profesores y en el orientador.
"No puedo estudiar",
argumentan
muchos estudiantes para excusar su actitud. ¿Es
también tu caso?
Tienes entonces la
voluntad débil para el estudio. Es más, la causa
principal de tu problema es que tienes pocos motivos para estudiar y,
además, son motivos pobres, poco valiosos. Posiblemente carezcas de
motivos.
Sabemos que el estudio implica hacer algo
todos los días, exige
esfuerzo. Pero quizás no te apetece. ¿Cómo se explica que muchos
estudiantes estudien por voluntad propia, incluso cuando no hay que
preparar un examen? Sólo se me ocurre una respuesta: porque tienen
motivos. Lo más importante para hacer algo que cuesta (estudiar,
obedecer, ayudar a los demás, sacrificarse por alguien o por algo...)
es tener un buen motivo para realizarlo.
Te
preguntarás si es posible desarrollar en uno mismo más y mejores
motivos para el estudio. Sí, es posible, si te lo
propones de
verdad. Te sugiero algunos
procedimientos:
Proponte pequeñas metas cada día y comprueba si
las has conseguido.
Relaciona el contenido de la asignatura con algo que
te guste.
Comenta de vez en cuando algún aspecto de la
asignatura con compañeros muy interesados en ella o con el
profesor.
Realiza algunas tareas en
equipo.
Hazte preguntas a ti mismo en relación con el
contenido de un tema antes de estudiarlo y trata de responderlas a
medida que lo vayas conociendo.
Estudia de una forma activa: reflexiona, subraya lo
importante, consulta en el diccionario o enciclopedia lo que no
entiendas o exija ser ampliado.
Cada uno se conoce
mejor que nadie y sabe qué cosas son las que mejor
le mueven a realizar tal o cual acción. Pero no se trata de lograr la
ejecución de esa tarea, de ese estudio, al precio que sea. Se trata de
que tú, con esa motivación, te beneficies como persona, ganes en
autonomía y libertad. Se trata de que "quieras estudiar” por ti
mismo.
Estudiar cobrará sentido en la medida que
consideres con frecuencia que
el estudio (por ser un trabajo) es una ocasión y un medio para
desarrollar muchas capacidades personales y una oportunidad para ayudar
a los demás. ¿Por qué razón hay que
esforzarse, cuando otros no lo
hacen? No serás el primero que se haga esta pregunta. Ni
el último.
La respuesta es sólo tuya.
Piensa que sin un "para
qué”, estudiar es difícil de aguantar, es
un trabajo realmente duro. Pero con un "para qué” puede incluso ser
divertido, gratificante. Engancha. Puedes
creerme. Puedes cambiar tu actitud
respecto al estudio:
1.- "Dar la vuelta a la
tortilla".
Si siempre ves el lado oscuro del estudio, prueba
esta técnica: en una hoja anota todas las ventajas que obtendrás si
continúas estudiando y te gradúas. Subraya las tres más importantes y
concéntrate en ellas. Aquello en lo que nos concentramos se
realiza.
En el centro de una hoja dibuja un círculo de
diez centímetros. Después, sólo con dibujos, explica cuál es tu misión,
tus razones para estudiar, lo que quieres convertirte. Visualízalo y
trabaja con pasión para lograrlo. ¿qué beneficios de índole
emocional, mental, económico y social tendrás si lo logras? ¿Y si
no?
2.- "Utiliza
tus herramientas para
estudiar".
Cualquier oficio
requiere sus herramientas para trabajar y hacer más fácil
el trabajo. Del mismo modo en el estudio has de
tener:
Un lugar de estudio en
condiciones.
Disponer de material y recursos (desde los más
clásicos: cuaderno, diccionario, libros, etc. Hasta los más técnicos:
audiovisuales, Internet, etc.).
Manejar las Técnicas de Estudio. Confía
en ti mismo. Atrévete. Te llevarás gratas sorpresas por los
resultados. Muchas cosas no se hacen, no porque son imposible, sino
porque no nos atrevemos a emprenderlas. Para subir los peldaños del
éxito
hay que esforzarse, trabajar, no desanimarse. Creer que se puede subir y
no dejar de ascender.
Imagínate mientras estudias,
lees y te preparas, cuantos miles de
personas a tu lado te suplican y dicen: "Prepárate bien, instrúyete
bien, llénate de buenas ideas, te van a ser muy provechosas para ti,
para nosotros que vamos a recibir después tus servicios productos o
ideas". Es semejante a los aplausos y ovaciones que recibe un campeón
deportista. | MANTENER
LA MOTIVACIÓN
 |
Ya sabemos que la mejor motivación es la que responde al deseo
de
superación del individuo, la que busca aumentar los conocimientos y
destrezas para llegar a la autorrealización. Esta motivación es
permanente.
Es buena motivación la que responde a la
consecución de metas. Ocurre
que si las metas son, como en este caso, a largo plazo aparecen
episodios de desánimo. Si te ocurre esto, puedes dividir la meta última
en metas más pequeñas y cercanas. Los
pequeños éxitos
te animarán a mantener el esfuerzo. Ejemplo de pequeños
pasos:
Trabajar todos los días un
poco.
Sacar más partido a mi atención en
clase.
Obtener menos insuficientes la próxima
evaluación.
Aprobar todas las materias en la próxima
evaluación.
Aprobar el curso.
Conseguir el título.
Mejorar mis notas...
En la medida que
vayas consiguiendo pequeñas metas, ¡date un
premio!: nadie mejor que tú sabe lo que te ha costado,
un
premio que sea breve y que te guste y te haga ilusión. Te puede ayudar
anotar tus progresos en tu
calendario.
Búscate un cómplice
a quien contar lo que es
significativo para ti, lo que pretendes, la forma en que vas a
intentarlo. Alguien que te anime y ayude en momentos críticos. Tus
padres , un buen amigo, pueden hacer este
papel.
Quizás te cueste comenzar a
trabajar cada día o, te
sea difícil mantener un tiempo adecuado de estudio diario. Estas metas
son demasiado amplias y costosas. Te puede ayudar seguir el siguiente
proceso:
En un principio oblígate a trabajar una media
hora.
Al cabo de una semana aumenta diez minutos cada
día.
Establece pequeñas recompensas si cumples tu
propósito: felicitación, salidas...
Al cabo de dos semanas, si has cumplido, estudiarás
una hora y cuarto. En cuatro semanas llegarás a las dos horas que ya es
un tiempo razonable.
Si en un momento dado no sigues el ritmo marcado,
no te preocupes. Reinicia el proceso en el punto que ya tenías
conseguido.
Si con dos horas no obtienes resultados
satisfactorios, continúa el ritmo de aumento de tiempo. Piensa que
cuando tu capacidad aumente, necesitarás menos
tiempo.
En ocasiones se pierde el
interés por una materia.
Todas las materias no nos gustan por igual, pero la verdad es que hay
que superarlas todas. No caigas en las socorridas excusas de que es
aburrida, es difícil, el profesor es tal, etc. Las materias que tienes
y el profesorado que tienes no se puede cambiar durante el curso. Mi
consejo es el siguiente: trata de estudiar con más eficacia, atiende
más
en clase, pregunta, aplica tus técnicas de estudio de modo más preciso.
Y recuerda, debes comenzar a estudiar por la materia que menos te
agrada
y que más esfuerzo te cuesta. | OTRAS
POSIBILIDADES
 | Tal vez estés inmerso
en tus estudios de secundaria y tengas claro
que no quieres continuar tus estudios hacia bachillerato y la
universidad. Quizás tu situación es de haber abandonado los estudios
en cierto momento. En cualquier caso, te propongo a continuación otras
dos posibilidades para reforzar tus
motivos. Razones para estudiar ciclos
formativos:
UNA ELECCIÓN
SEGURA. En un sociedad tan dinámica y
competitiva como la actual, estudiar un ciclo formativo es una elección
segura para la formación y cualificación en una profesión y preparación
para el empleo.
UNA VÍA DIRECTA AL EMPLEO.
Los contenidos de la
formación profesional se adaptan a las exigencias del mercado de
trabajo moderno. Los empresarios buscan jóvenes profesionales para dar
respuesta a las necesidades de la sociedad. La formación profesional es
el camino más directo para acceder a una profesión de calidad y con
garantía de profesionalidad para las
empresas.
UNA AMPLIA
OFERTA. Un amplio abanico de posibilidades
de ciclos formativos con los que se puede optar a multitud de títulos
en formación profesional.
VALOR. Superar
los ciclos formativos medios te otorgan
el título de técnico y si son superiores te dan el título de técnico
superior. Existe la posibilidad de continuar estudios
universitarios.
LA EXPERIENCIA.
Todas las especialidades poseen módulos
obligatorios de formación en centros de trabajo, lo que supone un
contacto directo con el mundo laboral. Las prácticas en las empresas
son indispensables en la formación del futuro profesional. Este hecho
es el primer paso hacia el éxito como lo demuestran los altos índices
de inserción laboral de los
titulados.
EQUIPO DOCENTE EXPERTO.
Un profesorado altamente
cualificado que combina experiencias en los campos educativo,
académico,
laboral y de investigación. El equipo docente asesora continuamente al
alumnado en su trayectoria para su adecuada orientación
laboral.
TECNOLOGÍA E
INNOVACIÓN. La formación profesional
cuenta con las más modernas instalaciones al servicio de los
estudiantes: laboratorios, aulas informáticas, talleres específicos,
instrumental técnico avanzado.
REALIZACIÓN PERSONAL EN UN
MEDIO PRODUCTIVO REAL.
Trabajar de la misma forma que lo hacen las empresas potencia y
estimula
la capacidad del estudiante, en un marco de aprendizaje atractivo y
ameno. La formación que mejor se adapta ala s necesidades laborales de
un mercado en constante
movimiento.
UN VALOR QUE COTIZA EN EL
MERCADO. Más que nunca
cotiza en el mercado de trabajo de la Unión Europea, se ha convertido
en una vía directa al mundo empresarial, social y tecnológico. Un
valor seguro para el triunfo personal y
profesional.
Razones para estudiar a
distancia.
La educación a distancia posibilita la formación
de personas que por razones de trabajo, de residencia, edad, o
cualquier
otro motivo personal, no pueden acceder a otros estudios
presenciales.
Por su organización, permite compaginar los
estudios con otras actividades y obligaciones, ya sean laborales,
sociales o familiares.
Ofrece una amplia oferta de estudios, temas y
cursos.
Facilita al alumno la posibilidad de escoger
estudios relacionados con sus intereses e inquietudes reales en función
de su situación de partida.
Permite la posibilidad de decidir dónde, cuándo
y cómo estudiar.
El estudiante puede escoger el formato en el que
quiere recibir la información: escrito, audiovisual, informático...
facilitando su propia planificación del
trabajo.
| A MODO DE
CONCLUSIÓN
 | Estaremos de acuerdo
en que los motivos son algo importantísimo, de
gran ayuda para el estudiante. Pero no llegues a la falsa conclusión de
que hacen innecesario el esfuerzo personal. Los motivos despiertan el
interés, ayudan a centrar la atención, estimulan el deseo de aprender,
conducen al esfuerzo. Aquí termina la función de los motivos. A partir
de aquí empieza tu esfuerzo.
Aprender es una
sensación que "engancha” .¡Fórmate bien!. Tú
eres el más interesado.
Tienes que ser activo e
implicarte en tu propio proceso educativo. Es tu
vida futura la que está en juego. Ya no eres tan
niño.
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